El uso continuado y desgaste de nuestros electrodomésticos es la principal causa de un mal funcionamiento de los mismos. Hoy en día, el lavavajillas es uno de los aparatos eléctricos más habituales en nuestra cocina y se hace un uso casi diario de este, por tanto, se ve expuesto a posibles averías.
Uno de los ejemplos muy frecuente es cuando tienes un lavavajillas que pierde agua, en este caso, debemos acudir a un profesional que tenga la formación y experiencia necesaria para buscar el problema y ponerle solución.
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4 posibles causas de que tu lavavajillas pierda agua
Si tu lavavajillas pierde agua, lo primero que debes saber es dónde está el origen de la avería. Para ello, tendrás que observar el aparato e intentar descubrir la posible fuga. No obstante, hay un número de causas comunes que nombramos a continuación:
Conexiones
Lo primero que se debe de revisar son las conexiones. Tanto si se trata de un lavavajillas como de una lavadora que pierde agua por debajo, es esencial que se revise la toma de conexión. Si el agua llega sin problemas a esta, y todavía continúa el fallo, entonces debemos buscar otras posibles causas.
El tubo del desagüe
El paso del tiempo o cualquier pequeña obstrucción puede provocar daños en este componente, de forma que se podrían generar fisuras por las que se escape el agua. En ciertos modelos el cambio no es nada fácil y se precisa de conocimientos para ello.
El motor
Cualquiera de las piezas del motor puede verse afectadas por una rotura. La bomba, los brazos rociadores y una junta forman el cuerpo del motor. Debido a la presión del agua, algún sólido en el circuito o simplemente la antigüedad de este podría producir la avería del motor.
La goma de la puerta
Un uso de forma continuada podría dar lugar a una deformación de las gomas. Estas dejarían de cumplir con su misión. Es mejor hacer un mantenimiento y revisión periódica para anticipar problemas.
Cómo reparar un lavavajillas que pierde agua
Un mantenimiento periódico nos ayudará a prevenir las posibles averías del lavavajillas, ya sea por pérdida de agua o cualquier otro motivo. Inicialmente, debes hacer un autodiagnóstico para conocer los posibles daños.
Antes de nada, es importante descubrir donde se sitúa la fuga de agua y para ello debes acceder dentro del lavavajillas. La mayoría dispone de una tapa de acceso situada en la parte inferior del electrodoméstico, esta se encarga de cubrir la entrada de agua, la bomba, el motor y las tuberías.
Retira el panel aflojando los tornillos con la ayuda de un destornillador y con una linterna inspecciona en su interior.
- Revisa la junta de la puerta. Es normal que la pérdida del agua tenga lugar por alguno de los dos lados de la puerta, si así es, solo hay que comprar una goma nueva y sustituirla. Recuerda desconectar el lavavajillas cuando lo realices.
- Revisar la bomba. La bomba se encuentra debajo del lavavajillas. Debes revisar la bomba, el motor y las juntas. Verifica si existen grietas en alguno de estos elementos o si se encuentran muy deteriorados o dañados. Si así fuera, el agua se filtraría por debajo. Si la reparación es esta, es aconsejable que la sustituya un profesional, ya que se trata de un trabajo más complicado.
- Manguera de drenaje. Si accedes a ella y tiene filtraciones o alguna fisura, solo debes de cambiarla. Es un trabajo simple, afloja la abrazadera y reemplazarla.
- Comprobar el nivel del agua. Si el nivel está más arriba del calefactor posiblemente haya un problema con el interruptor o flotador.
- Verificar el brazo rociador. Este elemento se encuentra en el centro inferior del lavavajillas. Por lo general, si no funciona correctamente la filtración aparece en la parte inferior de la puerta del lavavajillas. También se trata de un trabajo un poco más complejo que debería realizar un profesional.
Como ves, un lavavajillas puede tener una fuga de agua por diferentes motivos, y lo mejor es dejar la reparación en manos de profesionales que saben cómo localizar la avería y arreglarla con garantía.